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martes, 17 de marzo de 2009

E R O S



Estoy leyendo un libro, escrito por una antropóloga-investigadora "Helen Fhiser"; es adjunta del museo de Historia Natural de los EE.UU. su título " Anatomía del amor ".-

Ella estudia el comportamiento de los animales en su propio habitab, especialmente de los chimpancés, todos tenían una personalidad de diferentes modalidades, se hacían amistades, se hacían obsequios como hojas o hierbas y también el estudio del impacto de continuidad emocional entre hombres y bestias. Los aspectos imnatos del sexo, el amor y el matrimonio, son rasgos y tendencias que heredamos de nuestros ancestros; son expuestos aquí, con una brillantez de narración, dónde preguntas como : ¿Por qué el amor a primera vista ?, ¿Por qué nos casamos?, ¿ Por qué cometemos adulterio ?, ¿ Por qué el divorcio ?, ¿ Por qué lo intentamos una vez más y volvemos a enamorarnos ?.-

Deseo compartir con ustedes, un pasaje de éste hermoso documento, sobre la situación y la trayectoria de la pareja en sus diferentes etapas del enamoramiento y el desenlace del mismo.-

" Verla sonreír, oír la voz de él, verla caminar, recordar un momento encantado o un comentario ingenioso: hasta la menor percepción de la persona amada envía una oleada de placer al cerebro. Es el delirio de EROS.-

Que gran igualadora es ésta pasión, que reduce a poetas y presidentes, a académicos y técnicos, al mismo estado de tartamudez, expectativa, esperanza, agonía y éxtasis.-

Después, cuando el enamoramiento pasa, una nueva sensación satura la mente: el apego. Tal vez sea éste el más sensato de los sentimientos humanos, esa sensación de bienestar, de compartir, del ser uno con el otro cuando caminamos de la mano, cuando nos sentamos uno junto al otro al atardecer para leer un libro, cuando reímos simultáneamente viendo una película, o paseamos por el parque o la playa, nuestras almas se funden en una sola. El mundo entero es nuestro paraíso.-

Que pena, sin embargo, que hasta el apego se empañe a veces y que lo reemplace una indiferencia de plomo o una insoportable inquietud que poco a poco devora nuestro amor y nos lleva al misterio, a la separación, al divorcio. Entonces, cuando el vínculo está finalmente terminado y ambos conyugues se ven liberados de los sentimientos que los maniataban como marionetas, algunas personas sienten otra vez la vieja esperanza, la intensa excitación que dá volver a enamorarse.-

El ansia humana de romance, esa avidez que tenemos de establecer vínculos sexuados, nuestra inquietud cuando una relación se extiende demasiado, nuestro eterno optimismo respecto de un nuevo amor: éstas pasiones, nos arrastran como barriletes en un vendaval, cuando nos erguimos y volvemos a zambullirnos impredeciblemente de un sentimiento en otro "



1 comentario:

Nerim dijo...

Creo que nacemos enamorados.
Nacemos sabiendo lo confortable que es recibir un cálido abrazo, el placer que nos produce una tierna caricia, el valor que tiene una sonrisa y la grandeza de un beso de amor.
Nacemos buscando a nuestra futura pareja. Es algo 100% químico, una química que está sellada en nuestro ADN.

Un fuerte abrazo